Una de las películas coreanas de terror más interesantes en tiempos recientes es Exhuma: La tumba del Diablo. Su trama sigue a un grupo de chamanes a cargo de eliminar una extraña maldición que persigue a una de las familias más ricas de Corea del Sur. Sin embargo, conforme investigan más, la amenaza parece ir más profundo y hacia atrás en el tiempo, enraizada en el pasado del país bajo el colonialismo japonés.
Para los seguidores de las películas de terror found footage, Gonjiam: Psiquiátrico maldito es una gran opción. Como el título sugiere, la acción sucede en un hospital psiquiátrico abandonado, supuestamente uno de los sitios más aterradores del planeta, que un grupo de jóvenes visitan para hacer un video. Más allá de los sustos comunes y corrientes –que los hay, y muy bien ejecutados–, esta película presenta un manejo de cámara muy inteligente, logrando un desenlace en verdad aterrador.
Otra película coreana anclada en el fólclor nacional para abordar una historia de trauma familiar. Mimic: no sigas las voces sigue a una familia recuperándose de una tragedia, pero que comienzan a ser acechados por el "tigre de Jangsan", un ser sobrenatural capaz de imitar las voces de otras personas para atraer a sus presas. El diseño sonoro de esta película te hará alucinar.
Una película coreana que da otro original giro al cine de zombis, y que además, y sin quererlo, hizo eco de los confinamientos por la pandemia de 2020. #Alive (o #Vivo) sigue a un joven streamer de videojuegos que queda atrapado en su departamento cuando un apocalipsis zombi devasta Corea del Sur. Su lucha por sobrevivir se reduce a los muros de su hogar, a la comunicación digital y a dejar entrar (o no) a sus vecinos.
Esta película, seleccionada en festivales como el de Cannes y en Sitges (el más prestigioso para cine de terror y fantasía) sigue a una mujer embarazada cada vez más perturbada por los trastornos de sueño de su esposo. Sleep: El mal no duerme es una escalofriante parábola de las ansiedades domésticas y las complicaciones del matrimonio, llevadas a extremos perturbadores.